REHABILITACIÓN EN EL ADULTO MAYOR
Es la aplicación de determinadas técnicas de fisioterapia sobre los adultos mayores sanos con los que el proceso evolutivo de la edad pueden desencadenar diferentes procesos patológicos que pueden llevar a la disminución de capacidades funcionales.Busca una mejora en las capacidades funcionales generales del adulto y así mejorar la calidad de vida integrando al adulto mayor a la sociedad sin depender totalmente de los demás
.
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Resumen
El articulo trata
sobre los trastornos
de la movilidad y las modalidades terapéuticas
que ayudan a los ancianos en el proceso de la rehabilitación, con especial
énfasis en los beneficios
que les reportan los ejercicios físicos y en la función del fisioterapeuta para
mantener y lograr la mayor independencia
posible en estos pacientes.
Descriptores:
REHABILITACION; TERAPIA FISICA (ESPECIALIDAD); ANCIANO; ENVEJECIMIENTO;
LIMITACION DE LA MOVILIDAD.
Abstract
The article deals with mobility disorders and therapeutic modalities that help the elderly in the rehabilitation process, with special emphasis on the benefits they reported physical exercise and the role of the physiotherapist to maintain and achieve greater independence possible in these patients.
Descriptors: REHABILITATION, PHYSICAL THERAPY (SPECIALTY) ELDERLY; AGING; LIMITATION OF MOBILITY.
Los estudios gerontológicos
modernos se iniciaron en Estados Unidos de América en 1941, con el
establecimiento de los primeros programas de investigación sobre el proceso de
envejecer, de los que fue el primero Nathan Sock. En 1975 se creó, en ese
propio país, en Instituto Nacional del Envejecimiento y en diferentes naciones
europeas fue avanzándose en ese sentido, aunque con una orientación mas
asistencial.
Gerontología se
define como el estudio del
envejecimiento en todos sus aspectos. Abarca desde investigaciones de
biología molecular hasta análisis socioeconómicos o sobre las consecuencias de
la jubilación; en cambio, la geriatría es una ciencia relativamente joven, dedicada
a determinar los aspectos
preventivos, terapéuticos y sociales del anciano en situación de salud o
enfermedad, asi como también los relativos a la mayor parte de las
disciplinas clínicas, todo lo cual justifica que forme parte de la
gerontología.
Objetivos de la rehabilitación en el adulto
mayor
·
Acrecentar el equilibrio biosocial
·
Aumentar el grado de independencia en la actividad básica
cotidiana, aminorar incapacidades y enseñar cómo utilizar las capacidades
residuales.
·
Incrementar
la movilidad
articular y la fuerza muscular
·
Disminuir los sentimientos de minusvalía.
·
Aliviar
los dolores
del sistema osteomioarticular.
·
Mejorar la calidad de vida.
Resulta difícil
definir con precisión el concepto de envejecimiento, pues se trata de un
proceso que se inicia con el nacimiento y es de naturaleza multifactorial. Los
ancianos pierden vitalidad, lo cual les torna cada vez más vulnerables ante cualquier agresión, que puede provocar
incluso la muerte.
Concepto de envejecimiento desde 3 puntos de
vista
1.
General: proceso multifacético determinado por características intrínsecas y
extrínsecas de naturaleza genética, que conduce a la mutación de las
capacidades adaptativas del organismo y, por consiguiente, al incremento
progresivo de la posibilidad de morir.
2.
Funcional: resultante de la disfunción de mecanismos autorreguladores
consecutivos a alteraciones primarias del aparato genital.
3. Dialectico:
engloba 2 procesos contrarios: por un lado, la declinación gradual de las funciones orgánicas y metabólicas
y, por otro lado, la emergencia
de mecanismos de adaptación ante esta pérdida paulatina de funciones.
El envejecimiento se caracteriza por toda
una serie de modificaciones
morfológicas, psicológicas,
funcionales y bioquímicas que se producen en los seres vivos con el paso del
tiempo. Es la pérdida
progresiva de la capacidad de adaptación y reserva del organismo ante
los cambios; un proceso dinámico que se inicia con el nacimiento y se
desarrolla a lo largo de la vida. Internacionalmente se considera una persona
anciana a partir de los 60 años.
Clasificación
del anciano
·
Tercera edad: 60-74 años
·
Seniles: 75-89 años
·
Longevos: más de 90 años
·
Centenarios: 100 años y mas
Concepto
del paciente geriátrico
Paciente mayor de 65 años, con varias
enfermedades concomitantes. Es aquella persona cuya descompensación clínica se
genera por la acción negativa de algunos de los elementos sociales, que al
incidir desfavorablemente sobre ella, obliga a demandar atención geriátrica.
Problemas
relacionados con la edad
Los trastornos más comunes a partir de
los 65 años son los que afectan el sistema
cardiorrespiratorio, los
neuropsiquiatricos, la infecciones, así como los procesos osteoarticulares y metabólicos,
incluidos la diabetes mellitus y los relacionados con la nutrición.
Graves
síndromes
geriátricos
Son situaciones que presentan una alta
incidencia y prevalencia en los ancianos y suelen ser el resultado de múltiples
causas, que alteran
sustancialmente su capacidad funcional.
Alteraciones más importantes
·
Deterioro intelectual (demencia, delirio)
·
Incontinencia
·
Malnutrición
·
Alteraciones sensoriales (auditivas,
visuales)
·
Depresión
Delirio: es un
problema psiquiátrico frecuente, que puede definirse como un síndrome transitorio de
comienzo agudo, casi siempre reversible,
que revela una disfunción
cerebral, caracterizada por síntomas de embotamiento intermitente de la conciencia, falta de
atención y memoria, así como alteración del sueño.
Estados
depresivos:
la depresión es el ejemplo más común de enfermedad inespecífica y atípica.
Diversos factores biológicos, psicológicos y sociales pueden predisponer al
desarrollo de esta, que se caracteriza por despertar sentimientos de inutilidad, perdida de la
autoestima y alteraciones perceptivas, del sueño, del apetito, de la motricidad
y, sobre todo, de carácter somático.
Demencia: es una
alteración de deterioro
intelectual, que disminuye
la capacidad de memoria a corto y largos plazos, además de que afecta
también como mínimo a alguna de las siguientes áreas: pensamiento, juicio, lenguaje y visión. El
paciente con demencia está expuesto a diferentes procesos típicos de su edad, a
lo cual se suma el riesgo de sufrir una enfermedad cerebral. Rara vez muere
como consecuencia directa de su demencia, sino a causa de neumonía, deshidratación, malnutrición,
sepsis, ulcera, cáncer o cardiopatía.
Trastornos
conductuales:
un problema conductual se define como una conducta inapropiada que interfiere con los cuidados o la calidad de vida del paciente.
Entre los principales problemas se encuentran: agitación, conducta agresiva, alucinaciones y
alteraciones del sueño.
Alteraciones
de la movilidad: la prevalencia e incidencia de los problemas de la
movilidad aumentan a medida que avanza la edad.
Síndrome
de Grumbach o de postración: conjunto de síntomas y signos físicos, psíquicos y metabolicos,
como resultado del desequilibrio presente en el anciano, debido a la disminución o interrupción de
sus actividades cotidianas. Entre las principales causas se incluyen:
·
Enfermedades musculo esqueléticas: procesos degenerativos de
las articulaciones, trastornos del pie del tipo hallux valgus o callosidades,
osteoporosis, fracturas, artritis reumatoide, amputación, polimialgias
reumatoides y enfermedades caquetizantes.
·
Enfermedades neurológicas: trastornos cerebrovasculares,
enfermedad de parkinson, neuropatías, alteraciones visuales y auditivas,
deterioro psíquico, depresión y demencia.
·
Enfermedades cardiovasculares: insuficiencia cardiaca,
cardiopatía isquémica, alteraciones vasculares periféricas y enfermedad
respiratoria crónica, todas las cuales restringen la actividad y pueden
llevar al ancamamiento permanente.
·
Factores psicológicos ambientales: la
disminución de la movilidad es una manifestación común de la depresión. El
miedo a las caídas, la presencia de alteraciones sensoriales y de un medio ambiente peligroso
favorecen la inmovilidad.
·
Fármacos: gran variedad de estos, por si
mismos o por sus efectos colaterales, pueden reducir la actividad física,
causar somnolencia y trastornos de la marcha, entre los que sobresalen los sedantes e hipotónicos,
en tanto otros como los antipsicoticos
actúan como extrapiramidales y generan rigidez, con limitación de la movilidad.
Complicaciones
del reposo prolongado en cama
Las consecuencias de la inmovilidad
son graves y numerosas. No se debe aconsejar el reposo en cama como un plan
terapéutico para los ancianos, salvo casos inevitables o excepcionales, pues
esto entraña efectos físicos, psicológicos y sociales adversos, tales como:
1.
Alteración del metabolismo
2.
Trastorno psicológico de tipo depresión y desarrollo de
delirio
3.
Alteraciones
musculoesqueleticas, que incluyen fatigas, contracturas, atrofia muscular y
disminución de la densidad ósea.
4.
Complicaciones
cardiopulmonares,
pues como consecuencia del encamamiento prolongado se produce una alteración de
los reflejos vasculares y una disminución del volumen plasmático, todo lo cual
predispone a la hipotensión postural. Es bien conocida la aparición de
tromboflebitis, tromboembolismo pulmonar, atelactasia y neumonías después de
aspiración.
5.
Consecuencias
gastrointestinales y genitourinarias, tales como: estreñimiento, impactacion
fecal, incontinencia urinaria o fecal e infección urinaria.
Un problema de gran interés para la
rehabilitación del anciano es la prevención de las caídas, por lo cual resulta
importante analizar las causas que originan estas en el hogar y sus consecuencias.
Causas
fundamentales de las caídas en los ancianos
Las caídas son un problema clínico
grave en los ancianos, tanto por su frecuencia como por sus consecuencias
físicas, psíquicas y sociales. Varios factores relacionados con la edad, que
interactúan como un medio agresivo y peligroso, contribuyen a la inestabilidad
y a las caídas. Para una mejor comprensión, estas se dividen en tres grupos:
1.
Caídas
accidentales:
en los pacientes con alteraciones
sensoriales, los riesgos ambientales deben ser cuidadosamente valorados,
puesto que incluyen: suelos resbaladizos, iluminación excesivamente intensa o
escasa y piso húmedo en el baño (con obstáculos y sin barras), taza de baño muy
baja, entre otros.
2.
Caídas sin sincope: las enfermedades que
producen deterioro sensorial,
neurológico, cognitivo o musculoesqueletico incrementan el riesgo de
dichas caídas:
·
Enfermedades cardiovasculares y neurológicas:
afectan el control postural, producen marcha anómala y, por tanto, favorecen
las caídas (parkinsonismo, parálisis, tumores intracraneales y neuropatías
periféricas, entre otras).
·
En la demencia, la producción de caídas
aumenta por una falsa interpretación de los peligros ambientales y de las
propias capacidades.
·
Los fármacos sedantes diuréticos,
hipotensores, antidepresivos y otros, al disminuir los reflejos y afectar el
sistema vestibular, favorecen las caídas.
3.
Caídas
con sincope:
son caídas provocadas por
trastornos cardiovasculares, tales como infarto agudo al miocardio,
estenosis aortica, miocardiopatias, vasos vagales, incremento del tono vagal
con bradicardia e hipotensión.
4.
Otros:
·
Posición oscilante
·
Problemas visuales
·
Disminución del flujo sanguíneo cerebral
·
Reducción de la fuerza muscular
·
Osteoporosis
·
Postura adoptada por los ancianos, con el
tronco inclinado hacia adelante y desplazamiento del centro de gravedad por
delante de la base de sustentación.
·
Enfermedades como diabetes mellitus,
neumonía, hipotermia, hipertensión arterial e isquemia cerebral entre otras.
Consecuencias
de las caídas
1.
Traumatismos: fracturas
de cadera o de Colles, columna vertebral, costillas y fémur, que ocasionan
hospitalización, disminución de la fuerza muscular y la movilidad, así como
dependencia funcional e incluso la muerte.
2.
Miedo
a caer:
incide en la actitud del paciente para caminar con independencia y mantener la
capacidad funcional en las actividades de la vida diaria.
3.
Repercusiones
en el ámbito social: dependencia y aislamiento social.
Tratamiento
rehabilitador en la comunidad
El médico se trazara objetivos claros
y realistas, partiendo de los siguientes principios básicos, a saber:
1.
“no
perjudicar”
y velar siempre por la calidad de vida del paciente.
2.
Establecer un alto grado de confianza entre el médico
y el paciente, pues “el médico es el primer medicamento”.
3.
Lograr la participación activa de los senescentes en los
procesos terapéuticos y apartarlos de actitudes negativas sobre sus
posibilidades de recuperación.
4.
Tener en cuenta siempre que en los ancianos
es tan importante curar
como mantener la función, pues su pérdida provoca incapacidad y finaliza
en dependencia funcional hasta crear el círculo de interacción: déficit-incapacidad-dependencia.
·
Déficit:
toda perturbación de la estructura o del funcionamiento de una parte del
organismo, tanto del punto de vista físico como mental (puede ser
permanente o temporal).
·
Incapacidad:
es la reducción o pérdida de la capacidad funcional consecutiva al déficit,
para realizar una actividad en relación con la edad.
·
Dependencia:
deterioro funcional derivado de las deficiencias e incapacidades, que limita la
realización de actividades consideradas normales, en función de edad, sexo y
factores sociales y culturales. También se define como la necesidad de
recurrir a elementos externos (humanos o materiales) para desarrollar las
funciones propias de la persona según su edad y sexo. Una buena manera de
eliminar la dependencia es mediante un programa adecuado de actividad física y
estimulación psicológica.
5.
Al decir el plan terapéutico, el médico debe establecer prioridades y
considerar que en muchas ocasiones la opción terapéutica no es la mejor desde
el punto de vista funcional (ha de hacer participar al paciente y su familia en
las decisiones que se tomen con respecto al desarrollo de dicho esquema).
6.
Considerar que la vejez no es una enfermedad.
Valoración
geriátrica integral
Es un método de diagnostico multidimensional e interdisciplinario
para determinar en
un anciano las capacidades
y problemas médicos, psicológicos, sociales y funcionales, con el fin de
desarrollar posteriormente un plan integral de tratamiento y seguimiento
clínico. Se impone lograr la intervención de un equipo multidisciplinario
formado, al menos, por: un medico
geriatra, enfermero, psicólogo, trabajador social, fisioterapeuta y terapeuta
ocupacional. La evaluación geriátrica integral comprende 4 áreas: clínica, funcional, psicológica
y social.
Evaluación
funcional
Con la valoración geriátrica integral
se determina la capacidad
del paciente para realizar toda una serie de actividades concretas, que le
permiten vivir de forma independiente,
es decir, las actividades básicas de la vida diaria, consideradas como tales
aquellas que devienen imprescindibles para cubrir las necesidades elementales: autoalimentarse, vestirse,
controlar el esfínter, mantener la higiene personal y caminar por sí mismo.
Tratamiento
rehabilitador
La
rehabilitación geriátrica es el conjunto de actividades sociales encaminadas a
buscar la mejor incorporación del anciano a la macrosociedad y a la
microsociedad.
Es un esfuerzo cotidiano integrado por un equipo multidisciplinario para devolverle
un mejor estado funcional y socioambiental que les ayude a mantener o maximizar
la función cuando la recuperación total no es posible.
Tratamiento
para el anciano con alteración de la movilidad
Una vez conocido el grado de capacidad
existente, se propondrán en función de ella objetivos realizables a través del
tratamiento. La fisioterapia debe ser dirigida a aliviar el dolor, aumentar la fuerza y coordinación
muscular, mantener y mejorar la amplitud articular, así como también a evaluar
y mejorar la marcha y estabilidad. La terapia ocupacional persigue mantener la capacidad funcional en las
actividades de la vida diaria, mediante la utilización de ayudas y
adaptaciones en el propio hogar.
Modalidades terapéuticas
1.
Uso de
agentes físicos:
·
Calor local: útil para conseguir una
preparación para la práctica de otras técnicas.
·
Calor infrarrojo: 70-90 cm de distancia y
menor cantidad de tiempo
·
Ultrasonido en bajas dosis
·
Parafina (tener mucho cuidado con el aumento
de temperatura, por los trastornos de coagulación y fragilidad capilar).
·
Hidroterapia: seleccionar métodos adecuados
para las zonas de tratamiento.
·
Diatermia: dosis subtermicas, onda pulsátil
por 5 minutos
·
Laserterapia, con mucha cautela en casos de
procesos neoplasicos.
·
Campo magnetico: agente físico por
excelencia, aumenta la síntesis de osteoblastos.
·
Electroterapia: tener en cuenta los
trastornos sensitivos y aplicación correcta de la técnica, electrodos bien
pegados a la piel y utilizar baja intensidad; se aplica la estimulación
eléctrica transcutanea.
2.
Acupuntura: ser
precavidos cuando existen trastornos vasovagales.
3. Cinesioterapia
·
Ejercicios pasivos y suaves y repetitivos
para mantener la movilidad articular.
·
Ejercicios activos libres y asistidos para
aumentar la fuerza, mantener la coordinación muscular y mejorar la
independencia.
·
Gimnasia libre individual o colectiva, en
círculos de abuelos, según la evaluación funcional.
·
Ante fragilidad ósea y arco articular:
resistencia gentil y vigilancia de trastornos cardiovasculares.
·
Ejercicios de respiración para mantener o
mejorar la capacidad respiratoria y evitar complicaciones.
·
Entrenamiento de la marcha libre o con apoyo
(no se utilizan obstáculos).
4.
Masoterapia: automasaje y
masajes gentiles, cuidando de la piel muy sensible. Su efecto es terapéutico
desde los puntos de vista físico, mental y espiritual.
5.
Terapia ocupacional: importante para
conservar activa la función social y familiar, así como los hábitos e
independencia de las actividades básicas de la vida diaria (aseo personal,
vestido, alimentación y otros).
Aspectos
esenciales del tratamiento
Tener
siempre presentes las contraindicaciones y precauciones acerca de los
agentes físicos más utilizados, para no causar daños al paciente, así como
recordar los cambios que se producen en la piel y la sensibilidad de esta. Lo más
importante es enseñar al
aciano a que permanezca activo en la realización de actividades
funcionales, que le mantengan equilibrado física, y mentalmente en su medio
social.
Beneficios
del ejercicio físico en el anciano
·
Mejora la flexibilidad y arcos articulares
·
Aumenta la función intelectual y psicológica, por tanto,
ayuda a la autoestima
·
Disminuye
los factores de riesgo: obesidad, sedentarismo, tasa de colesterol y hace más
efectiva la contracción muscular.
·
Mejora
la fuerza muscular, de modo que aumenta la resistencia el esfuerzo.
·
Evita la descalcificación ósea
·
Reduce
el peligro de infarto agudo al miocardio
·
Disminuye riesgos de formación de coágulos en
los vasos, y por ende, la incidencia de trombos y embolia.
·
Incrementa
la capacidad respiratoria y oxigeno en sangre, así como refuerza
el sistema nervioso y equilibrio de este con el sistema neurovegetativo.
·
Favorece
la eliminación de desechos de sustancias en la sangre.
·
Disminuye la formación de cálculos en los riñones
y conductos urinarios.
·
Conserva
mas agiles y atentos los sentidos.
·
Refuerza la actividad intelectual, gracias a
una buena oxigenación cerebral.
·
Contribuye a conservar el equilibrio psicoafectivo.
Algunos factores entorpecedores del
programa rehabilitador
·
Déficit sensorial (visual, auditivo)
·
Disminución de las reservas fisiológicas
·
Afeccione crónicas
·
Presencia de trastornos demenciales o
cognoscitivos
·
Polifarmacia
·
Nivel escolar
·
Entorno familiar (sobreprotección o abandono)
·
Motivación o miedo
·
Barreras arquitectónicas
·
Perdida de los roles sociales, familiares y
laborales
·
Falta de motivación
Función
del fisioterapeuta
Se impone disponer de un
fisioterapeuta dotado de los conocimientos más elementales sobre las características clínico y
psicofuncionales del anciano, con vista a que su acción sea positiva en
el logro y mantenimiento de la independencia funcional del senescente. El
terapeuta debe sentir profundo amor y devoción por lo que hace, inspirar confianza y respeto por todos
y desarrollar el máximo de esfuerzos por alcanzar la cooperación del paciente en función de su
rehabilitación; sus iniciativas constantes y enriquecedoras deben motivarle
sistemáticamente hacia la búsqueda de soluciones para los problemas que se
presenten y celebrar juntos los éxitos que se alcancen. El paciente en el
centro y principal actor de la rehabilitación, unido a la función decisiva e
importante de la familia en este proceso, al asumir el rol que le corresponde
en cada momento según las condiciones concretas de cada persona anciana,
excluyendo las conductas sobreprotectoras, superexigentes o melancólicas que en
ocasiones de observan. Los familiares, guiados por el fisioterapeuta y el resto
del equipo médico, asumirán las tareas que les corresponden dentro y fuera del
hogar para conseguir el máximo de independencia funcional y dichos pacientes.
Para el logro de este objetivo, el fisioterapeuta debe establecer el plan de
actividades a desarrollar en el hogar y evaluar cualitativamente su
cumplimiento. Las tareas serán sencillas y de fácil comprensión para los
ancianos y sus parientes. Lo más importante es enseñar al paciente como mantener su independencia y
prevenir las discapacidades, además de indicar a la familia como cuidarle
correctamente y prepararle para aplicar las técnicas adecuadas, con vista a
conseguir una buena respuesta y cooperación para cumplir los objetivos del
programa terapéutico.
Conclusiones
Queda mucho por hacer en el campo de
la rehabilitación para lograr la satisfacción y calidad de vida que merecen los
ancianos, por lo cual se impone hacer que la comunidad se convierta en un
escenario beneficioso para velar por la salud de este grupo poblacional, de
modo que la edad avanzada o los años acumulados no constituyan barreras u
obstáculos para la participación activa en las actividades sociales.
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